Estamos cansados de escuchar que el mundo cambia. Pero lo cierto es que es así y en muchos casos esos cambios nos sobrepasan. La cuestión es saber si nosotros estamos cambiando al mismo tiempo que el mundo.
Dicen que éxito es saber cómo serán las cosas en un futuro y llegar el primero, y eso exige tratar de adivinar o al menos un ejercicio de intuición.
Aún a riesgo de equivocarme (lo cual es muy sano) me permito compartir una aproximación de como creo que serán, a mi juicio, los perfiles en un futuro, algo que me parece esperanzador.
Nunca como ahora la ciencia se ha desarrollado tanto pero eso también ha provocado, como dicen Thibon “estallar dentro de si todas las dimensiones de lo humano”.
Nuestro tiempo, y de forma particular esta última crisis nos ha enseñado muchas cosas, entre ellas la de darnos cuenta que el conocimiento por el conocimiento no aporta valor. En realidad, hoy todos tenemos acceso a todo. El conocimiento se ha vuelto un commodity que no aporta valor diferencial. Antes era lo distintivo, ahora es lo común.
Por eso las organizaciones hemos puesto el interés en las llamadas soft skills, esas cualidades que yo no puedo enseñar como enseño matemática. Son cualidades que definen a las personas, que son realmente distintivas y que nos permiten entender como cada persona utiliza los conocimientos o cualquiera de las herramientas que pongo a su alcance.
Saber inglés, ecuaciones diferenciales o física nuclear está bien y es necesario. Si no sabes puedo enseñarte. Sin duda unos pocos hacen de ese conocimiento una excelencia en continuo progreso y es necesario. Pero la realidad es que lo que nos diferencia a cada uno son esas cuestiones que no puedo enseñar.
Hablamos de gestión por competencias porque es la clave del talento. Pero las competencias no son un conjunto de habilidades que se adquieren practicando unas técnicas que he aprendido en dos cursos. Sin duda nos ayudará pero esto no va de tomar una pastilla y pasar a ser líder.
Las competencias vienen de algo que se ha trabajado toda una vida, de un montón de decisiones personales que he tenido que tomar. Vienen de dentro de cada uno, y son únicas y propias, diferentes a los demás.
Por eso creo que en el futuro todo perfil tendrá tres planos:
- Profesional o Técnico
- Relacional/reputacional
- Personal
Los desarrollaré de forma muy sucinta.
El profesional o técnico tiene que ver con lo que he aprendido y sigo aprendiendo. De los tres planos es el más fácil (y si no sabes vienes a mi Business School y te enseñamos todo lo que necesitas). Tiene que ver con el tener. Está muy bien, es necesario, pero no aporta un valor diferencial. Aprender las mismas cosas que yo lo han hecho miles de personas y lo harán otras tantas.
El segundo plano es el relacional o reputacional. Soy lo que los demás perciben de mí, lo que muestra mi historia, mi currículo, mis acciones. Tiene que ver con el ser. Es lo que tengo (lo que he hecho) pero eso vislumbra lo que soy. Este es el plano en el que más vivimos todos ahora motivado por el desarrollo de las redes sociales donde nos esforzamos por dar una imagen de lo que somos, de lo que hemos hecho. Y sabemos que este plano solo brillará quien aporte valor. De la misma forma que el desarrollo de los buscadores pondera las cosas de forma que solo muestra en primer lugar aquello que aporta valor, con el mundo de nuestra marca personal, de nuestra reputación, pasará igual. Nuestra reputación se basará en nuestra capacidad de aportar valor en algo concreto y eso nos distinguirá.
El tercer plano, sin duda el más importante es el personal, es decir mi capacidad de desarrollo como persona. Aquí ya no hablamos de lo que tenemos, ni de lo que somos, sino de lo que podemos llegar a ser. Y eso es una bomba. Si cada persona desarrolla de verdad sus capacidades, esas que le hacen genuino y especial, entonces estamos hablando de talento, tal vez lo más demandado ahora en cualquier lugar del mundo. Crecer como persona, porque eso hace que crezca todo lo que hay a nuestro alrededor empezando por nuestras empresas.
La cuestión es cuales son las claves para crecer como persona, pero eso me temo que debe ser asunto de otro artículo.